Tras el sosegado y monástico patio, donde el ciprés característico de estos nobles recintos apunta al cielo, accedemos a uno de los recintos más singulares del convento, el antiguo molino, fundamental dependencia de estos cenobios, sobre todo desde el punto de vista de la subsistencia, hoy convertido en maravilloso espacio museístico, lo utilizamos en esta exposición para indicar ese primer punto y origen de la Cofradía.
Esta exposición se encuadra dentro de los actos conmemorativos de la fundación de la cofradía en el año de 1674, 350 años de historia con sus altibajos y que tienen en este espacio un especial protagonismo la Asunción de María.
La Hermandad de la Asunción como cofradía más antigua de Estepa, de gran relevancia por su carácter patronal, por la iniciativa de algunos de sus hermanos, decidió allá por 1674 escindir el culto que profesaba a la imagen de las lágrimas de San Pedro y fundar la actual cofradía de penitencia de San Pedro.
En este recinto de molienda que como hemos dicho tiene especial singularidad recoge viejos testimonios Asuncionistas como son el Estandarte de la citada y presente aún cofradía de la Asunción del siglo XVIII y un hermoso cuadro de la Asunción de María que preside la sacristía de la bella iglesia patronal de la Asunción.
Junto al recuerdo siempre entre los hermanos de San Pedro el “regalo» o deposito que la Hermandad de la Asunción dejara a esos también hermanos asuncionistas que con mayores inquietudes fundaron en 1674 una Hermandad penitencial.
Entre esas dádivas la imagen que usted tiene la ocasión de observar un clásico Cristo de las Penas de autoría desconocida y de material muy visible esa clásica manufactura que los entendidos llaman de papelón y que recuerda su antigüedad.